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  • anaabrahamson

Querido papá

Hace un par de meses se cumplió mi miedo más grande: perdí a mí mejor amigo, mí papá. Llegué a mencionar más de un vez que lo peor que me podía pasar es que mí papá se muriera pero lo veía como algo incapaz de suceder, esas cosas pasan pero no te pasan a ti, ¿no?


Pues estaba equivocada. Le puede pasar a cualquiera, no importa que tan bueno o que tan saludable seas, cuando Dios decide que ya cumpliste tú propósito en la vida ya no es necesario seguir en la tierra.


A pesar de lo triste que me encuentro y lo mucho que lo extraño, creo que estoy en paz.

Agradezco a Dios por darme la oportunidad de poder tener a un increíble ser humano a mí lado como mentor por 24 años y verdaderamente creo que fue un privilegio.

Agradezco que tuve 8 meses para poder asimilar mi pérdida y poder despedirme de él.


Agradezco que tengo la mejor familia y a los mejores amigos que siempre están ahí para apoyarme, pero más que nada agradezco que dentro de mí no hay rencor, no hay odio y de corazón no le deseo nada negativo a nadie, por el contrario, tengo más presente mi misión: creo en el poder del apoyo, en lo importante que es recordarle constantemente a tus seres queridos lo mucho que los quieres y lo especial que son, ayudar a los más necesitados sin esperar nada a cambio, tratar como te gustaría que te traten y simplemente ser buenas personas, felices y agradecidas.


Durante el largo proceso en el que mi familia y yo tuvimos que cuidar a mi papá siempre tuve la ilusión de que mi papá sobreviviría, que se recuperaría y aunque sería un proceso muy largo y difícil, todo volvería a la normalidad. Me mantuve con esa mentalidad hasta la noche antes de que muriera. Esa noche me desperté a las 3 de la mañana con la urgencia de escribirle una carta a mí ser más querido.


Querido papá:


No puedo describir lo agradecida y feliz que soy de poder tenerte en mi vida, los mejores momentos de mí vida los pase contigo y deseo de corazón que pueda seguir pasando más aventuras juntos.


Eres el mejor papá y amigo en el mundo, no creo que nadie sea tan afortunado como lo soy yo.


Sé que estamos pasando por tiempos muy difíciles, pero de verdad pienso que vamos a poder salir de esto y solo crecer de esta situación tan espantosa. Sé que tú eres fuerte, que mi mamá es fuerte y que yo soy fuerte.


También quería que supieras que si esto que está pasando es demasiado para ti, que está bien, que entendemos a la perfección y que vamos a estar bien; sí va a ser muy difícil porque eres muy necesario en nuestras vidas pero seguiremos luchando y lo haremos pensando en ti todos los días.


Claro que estoy un poco aterrada, eras la persona que me sacaba de todos mis apuros, la persona con la que desquitaba mis penas, contaba todos mis secretos y contaba para todo. El papá que le cocinaba a su hija y a sus amigas a las 2 de la mañana.


Cada vez que quiera ir por una helado o simplemente ir a dar la vuelta para ver las luces de navidad será muy difícil no tenerte a mí lado, pero te prometo que no lo dejaré de hacer y yo sé que estarás acompañándome todo el camino.


Seguiré viajando por el mundo, conociendo cada rincón que nos faltaba por conocer y tomaré todas las fotografías posibles de cada lugar y restaurante para nunca olvidar que mi papá me enseñó a recolectar recuerdos y mostrarle al mundo lo bello que es vivir.


Me preocupa que te necesite en el futuro y que no pueda tenerte a mí lado en el día de mí boda o cuando nazcan mis hijos, pero lo que sí sé es que se quedarán fascinados con las historias que les contaré sobre su abuelo súper héroe que ayudaba a todos los necesitados y siempre estaba ahí, dispuesto a mejorarle el día a los demás.


Papá solo quiero que sepas que eres mí mundo y te extraño como loca, verdaderamente creo que eres un excelente ser humano y el mejor ejemplo a seguir, yo como mucha gente te admiro, te quiero y te tengo en mi corazón para siempre.


Al día siguiente fui con mi familia al hospital, como lo hicimos por tantos meses, subimos al piso 6 de terapia intensiva, nos registramos y entramos al cuarto 13, el de la vista bonita, pero a diferencia del resto de los días donde habíamos hecho exactamente lo mismo, en ese momento se sentía una paz inexplicable.


Tanto los doctores como nosotros ya sabíamos que mi papá estaba listo para irse. Poco a poco la sala se fue llenando de tíos y primos, todos compartiendo historias y música que nos recordaban a él y uno por uno pasamos a despedirnos.


Yo pude leerle mi carta y darle el abrazo más grande y sincero que pude, por más difícil que suena le repetía al oído que estaba bien que se fuera, que no tenía que seguir luchando, mientras le pedía a Dios que le quitara sus miedos y sus frustraciones y se lo llevara al cielo.


Exactamente a las 7:00 pm de la noche mi papá cayó en un profundo sueño para no despertar más en la tierra y volverse un ángel que cuida de mí desde el cielo.




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