Me tengo a mí misma

Escribir sobre mis sentimientos últimamente ha sido todo un reto. Prefiero no hacerlo. Y si lo hago, prefiero hacerlo en la seguridad de mi retomado diario. Cada vez me cuesta más trabajo poder desnudarme y no solo sucede con el podcast, sino también con estas palabras que estoy escribiendo.

Cuando te pones a pensar que parte de ti se expone ante el mundo de formas en las que nunca pensaste que era posible, entra ese miedo que te paraliza por unos segundos. Después, recuerdas que el punto de Desnudas siempre ha sido acompañarnos, tratar de darle sentido a las situaciones que vivimos y que, de cierta forma, nos sintamos menos solas.

La soledad es una de las palabras que nunca había estado tan presente en mi vida. “Tienes que aprender a estar sola”, me dijo mi psicóloga el lunes. Después de tener una relación con un hombre desde que tengo 15 años, a mis 24 me encuentro, me encuentro, ¿perdida?

Llevo varios días tratando de desnudarme y escribir este blog que tanto me ha costado, porque escribir que corté con mi novio de 4 años pues... no es fácil. Y más porque es reciente. Y más porque cuando hablo de mí, también hablo de la otra persona y lo expongo. Y más porque cuando cortas con alguien te destruyes tantito, la verdad (Emoji de los ojos blancos).

Por eso, este blog es corto. Es una forma de recordarme y poner en perspectiva lo que está sucediendo con mi vida. Por una parte, todavía no estoy lista para platicar sobre lo que sucedió y por qué llegué a tomar esta decisión. Pero va a ser necesario que lo platique, que platique esa historia porque de alguna forma, sé que no soy la única que ha pasado por esa ola de sentimientos. De hecho, creo que varios matrimonios están basados en relaciones por “encimita” sin esa conexión tan fuerte a la que debemos aspirar tener.

Por lo pronto, tengo mi novela de Call Me By Your Name en una mano, mis amigas que sé que están a una llamada de distancia, mis papás que todos los días me recuerdan el significado de un amor sin egoísmos, un amor tan puro que sorprende; tengo mi trabajo que todos los días me desafía, a la Bella que me abraza cada vez que llego a la casa y me tengo a mí misma.

Me tengo a mí misma.