top of page
  • Writer's pictureSofía Acosta

La difícil tarea de ser vulnerable

La vulnerabilidad es un sentimiento que pocas veces expreso. No sé si es una conducta que forjé desde pequeña, una acción inculcada por mis padres o simplemente así nací: me cuesta ser vulnerable.


A veces me veo reflejada en mi papá, a quien se le dificulta expresar sus sentimientos. Otra veces siento que es una capa que me puse a mí misma, en un intento por demostrar lo perfecta que podía llegar a ser para que mi mamá estuviera orgullosa de mí.


Luego me acuerdo de que cada quien es responsable de sus acciones y de la forma en la que se comporta ante el mundo. Cuando me doy cuenta de lo injusta que estoy siendo hacia las personas que me rodean, tomo una pausa y trato de deconstruir con mucha dificultad de donde vienen mis sentimientos no hablados y me encuentro con la respuesta: De cierta manera, no ser vulnerable nace desde lo más intrínseco de mi ser, desde un lugar donde me autoprotego por miedo al fracaso, por miedo al rechazo.


El simple hecho de escribir supone para mí una fuerte barrera que tengo que derribar cada vez que mis manos se deslizan por el teclado. Y es que las expectativas son muy altas cuando te gradúas de una carrera como la mía. En mi mente, la ecuación es sencilla: Si no publico lo que escribo, nadie me va a criticar.


0 expectativas, 0 fracaso, 0 rechazo.



Entonces, en lugar de ser vulnerable y abrirme, me encuentro más cerrada que nunca. Cerrada en un rincón de mi cuarto, con mis fieles acompañantes que me transportan a universos alternativos donde mis inseguridades no tienen cabida y en su lugar luchan monstruos como vampiros y hombres lobo.


Siempre he sabido que ser vulnerable conlleva mucha valentía porque tomas tu corazón y lo sostienes sobre tu mano revelando tus miedos e inseguridades. Desde pequeña supe que tenía que ser fuerte y que la debilidad estaba prohibida. Ahora, que tengo 26, me doy cuenta de que esa misma debilidad me ha hecho sangrar y, al mismo tiempo, revivir. Una unión muy sagrada donde encuentras fuerza en esa debilidad.


Todavía tengo episodios de encierro muy fuertes, pero sé que estoy en un lugar donde me atrevo un poquito más a abrirme y a ser vulnerable. A admitir que no todo tiene que ser perfecto todo el tiempo; que si los trastes se quedan 5 min más en el fregadero nadie va a morir; que si publico algo que escribí puede que sea bien recibido y puede que no; que si renuncié a mi trabajo “ideal” va a llegar algo más que de verdad me haga vibrar.


Así que uno de mis propósitos a mitad del 2021, y posiblemente del 2022 y 2023, es saber cuándo mantener ese control que tanto amo y cuándo soltarlo para ser vulnerable. Por lo pronto, mi tarea de aquí hasta fin de mes es abrirme tantito más. Quien sabe y a lo mejor me reconozco en esa vulnerabilidad.


241 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


bottom of page